Libros: «El Cine Español. Una Historia Cultural», De Vicente J. Benet

The Cliffs of Cinque Terre Una web para organizar partidos con desconocidos y amigos en tu lugar geográfico es fubles. Conecta también con los cómics, las canciones populares de los sesenta -destaca, entre el cine pop las películas de Los Bravos- e incluso llega en un capítulo al cine experimental, con autores desconocidos para el lector medio. Con títulos tan atractivos como Vacas, Tierra, La Madre Muerta o Acción Mutante van tomando posiciones para convertirse en los pioneros del “nuevo cine español”, el que consigue llegar a espectadores más jóvenes, el que le da sentido a la gala de los Goya, el que aspira, como si fueran Gasol o Navarro, a jugar en la NBA de las estrellas de “jolibú”, aunque el que llega a dar el salto acabe hasta las narices de hacer las cosas bien ( Two Much, Fernando Trueba/1995; Perdita Durango, Álex de la Iglesia/1997). Este neo-relativismo que asombraría al propio Einstein (y a Aristóteles y Newton juntos, qué cojones) fue la base sobre la que se asentó la ingente producción celuloídica1 patria hasta más o menos la eclosión del reaganismo y de la movida madrileña. Aranda sigue exigiendo en el guión que sus actrices acaben en pelota picada y sus actrices, como será el papel que marque sus carreras, se dejan hacer sin protestar, lo que nos hace soñar a muchos “sinéfilos” con ser algún día directores de obras maestras infumables…

La Academia de Cine, en línea con los tiempos que corren, decide que lo taquillero no tiene calidad, que los cortos son demasiado largos y que donde esté un buen Garci o un buen Saura no hay color posible, de modo que siguen apostando por los dinosaurios, que tan bien le vinieron a Steven Spielberg en su día. Por poner dos motivos que sustentan sus tesis sobre el cine actual -el libro es ingente en opiniones- añadiremos que plantea las consecuencias artísticas de las subvenciones y que establece un lúcido análisis sobre el cine actual que enfoca la guerra civil y la transición. Aunque solamente nos enteremos de las nominaciones al Oscar si se las dan a Cruz, Bardem y/o Almodóvar, lo cierto es que en los últimos años se ha hablado mucho español en las listas de candidaturas. Fuera Colomo, bienvenido Martínez-Lázaro, que es lo mismo pero mejor, pues ahora Colomo se pasa brevemente al lado visible de la pantalla.

A lo mejor, quién sabe, podremos ver dentro de pocos años una ceremonia de los Goya que no cause sopor y en el que haya suficientes películas de calidad de tal modo que no haya que repartir las veintitantas categorías entre tres o cuatro cintas, cada una de ellas con catorce nominaciones. ”, para desesperación de los exhibidores, que querían duplicar la asistencia a los cineclubes apuntando también a las señoras inquietas. Garci cambia el estudio por los platós para explicarnos lo grande que es el cine (en versión doblada, con cortes publicitarios, comiéndose los créditos y repleto de interesantísimos y amenos contertulios), pero sin olvidarse de dejarnos un par de filmes intimistas al lustro, no vaya a ser que dejemos de plantearnos el porqué de las subvenciones. En la segunda parte del capitulo se analizan algunas de las realizaciones más destacadas de la Transición que plantearon la temática de la identidad sexual.

1992 que se envió a los Oscars de 1993 (concedidos en 1994) porque el nivel de los films españoles en el 93 era aparentemente tan bajo que la única manera de tener posibilidades en Hollywood era enviar a una película con dos años de antigüedad y ya fuera de las salas comerciales del país. La influencia de G. W. Bush es más que clara (en la Academia, no en los nuevos cineastas) y, a poco de cerrar la primera década del tercer milenio, parece que el cine español tiene un gran futuro por delante, en el que es posible que, incluso, se produzcan películas medianamente entretenidas, sin protagonistas eternamente perjudicados, con un sonido directo que no haga sentir vergüenza ajena en la revisión en DVD, con carteles que no parezcan propaganda de guerra y con actores capaces de vocalizar frases de más de siete palabras (incluyendo algún que otro trisílabo). Saura se pasa al documental sin palabras y, tras Sevillanas (1991), Flamenco (1994) y Tango (1997) decide dejar “Muñeiras” y “Sardanas” para tiempos menos convulsos. Por su parte, Saura se las debió de ver negrísimas de pelas, ya que rodaba con los primeros que se encontraba por la calle, y a Garci le dieron un Oscar por Volver a empezar (1982) y se lo tomó tan al pie de la letra que desde entonces parece que siempre hace la misma película.

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